
Un estudio del Instituto de Farmacia de la Universidad Austral de Chile (abril 2008), que analizó salmones de supermercados y ferias de ciudades del sur del país, detectó residuos de antibióticos de última generación, ácido oxolínico y flumequina, que en la salud humana la prescrición está regulada y que en Estados Unidos la administración de uno de ellos está prohibida en salmonicultura. Además el informe, a pesar que registra que los niveles están por bajo la norma chilena, pone en evidencia que los chilenos al comer salmón también estarían ingiriendo antimicrobianos y aumentando el riesgo de generar resistencia bacteriana a estos fármacos (http://www.uach.c/).
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